Las consolas presentadas hace relativamente poco, la PlayStation 4 Pro y la Xbox One X, han revolucionado el mercado de los videojuegos. Sin embargo, muchos usuarios y medios de comunicación han sido muy críticos con estas consolas, ya que sus procesadores no son mucho más potentes que sus versiones anteriores.
Y esto no es nada bueno, ya que en la PlayStation 3 utilizan un procesador Cell y la Xbox 360 el procesador PowerPC, dos soluciones muy avanzadas para su época que ofrecían un rendimiento sobresaliente en comparación con muchos PCs.
Sin embargo, ahora con la nueva hornada de consolas, tenemos que admitir que sus procesadores no son lo suficientemente potentes como para competir contra los que tenemos en los ordenadores.
Esto se debe a que el procesador de la PS4 Pro es de gama media y el de las Xbox One es de gama media-baja. Algo que dista mucho de las opciones que tenemos en los ordenadores, que son más eficientes energéticamente y más potentes.
Pero bueno, el mal ya está hecho aunque, siempre vamos a ver muchos usuarios de estas consolas, sabemos que estas no están pasando por su mejor momento. Así que solo nos queda esperar que la nueva generación sea mucho mejor que la actual.
Esto esperamos que lo consigan apostando por los procesadores Ryzen de AMD, dejando ya de lado los Jaguar. Y es que con este cambio, no solo vamos a ver incrementada la potencia de la consola, si no que va a ser más eficiente energéticamente.
Con esto esperamos que las nuevas versiones de las dos grandes firmas de consolas den un salto como el que dieron en su día con la PS3 y la Xbox360. Hasta entonces tendremos que jugar en las PS4 Pro o Xbox One X, si es que las tenemos.
